El
gran poeta Tagore dijo una vez “El Amor no es una simple emoción,
el AMOR es la máxima verdad en el corazón de la creación”
Todo
vibra, es un principio o ley universal, que algunos hombres y
mujeres, con una gran capacidad de discernimiento, han sabido desde
tiempos inmemoriales, hoy en día, con los avances tecnológicos, se
puede demostrar científicamente (Teoría de las Cuerdas), que,
efectivamente, todo vibra, todo lo que nuestros sentidos
corpóreo-mentales perciben como materia, vibra y esta hecho de la
nada, de un vacío que vibra. Es uno de los principios que recoge el
libro “El Kybalión”. Partiendo de este principio, se puede
explicar lo que llamamos AMOR.
Utilizamos
las palabras para denominar, nombrar todo lo que nos rodea en nuestro
plano material, tanto físico como emocional, estas palabras tienen
una frecuencia vibracional, alta o baja (densa). No es casualidad, si
no causalidad, que en castellano, utilicemos la palabra AMOR para
denominar la vibración más sutil, e inefable.
La
palabra amor, en castellano, proviene de la lengua indoeuropea, cuya
raíz “amma” (amor) nace del primer sonido que un niño expresa
para llamar a su madre, es un recordatorio del sentimiento más puro
de la humanidad, el amor perfecto. LA MADRE, como la creadora de todo
y de todos, la MADRE, es AMOR, también se le ha llamado DIOS, por lo
tanto el AMOR (DIOS), es una palabra que hace referencia a la energía
creadora, la vibración más sutil e inefable, que ha formado todo y
a todos, y si todo lo que nos rodea, incluidos nuestros cuerpos,
están formados por la madre universal que es amor, nosotros somos
madre, somos amor, somos Dios, somos la energía creadora del TODO.
Una
de las definiciones de la Real Academia de la Lengua de Amor, es
unión, el amor es unión, pues esta madre nos ha hecho a todos por
igual, y todos estamos
unidos, aunque nos veamos como individuos, partimos de la unicidad,
la unicidad se expresa en la diversidad, como la madre que tiene
mucho hijos y cada uno es diferente tanto físicamente, como de forma
de ser, pero la madre les quiere a todos por igual, así es la
energía creadora, amorosa y acogedora, no juzga y deja a cada cual
que exprese su diversidad, esta libertad, lo hemos denominado el
libre albedrío.
Desde
el amor que somos, sentimos amor por nuestra pareja, nuestros hijos,
una mascota, un trabajo…, es un amor producto de nuestro sistema
nervioso, un baile de moléculas, reacciones químicas, que se
traducen en sentimientos, emociones, deseos. Según me dicta mi
corazón, lo recordemos o no, el AMOR es la vibración primigenia,
salida de la nada, del vacío, la vibración más pura, (algunos lo
llaman, Dios) de la que todos y todo estamos hechos, el Amor ha
creado la materia, esta vibración infinitamente sutil, se ha
expandido y, en esa sublime expansión, ha ido formando frecuencias
vibracionales de menor densidad, pasando por dimensiones
vibracionales, hasta que ha llegado a este plano de tercera
dimensión, donde las frecuencias vibracionales son muy densas, y ese
AMOR, (frecuencia vibracional de muy alta frecuencia), ha podido
crear la materia, por lo tanto todas las cosas que podemos ver como
materiales en este mundo, incluido el cuerpo humano, está hecho de
AMOR, por eso en este mundo espiritual, se dice que que somos AMOR,
pues estamos hecho de esa sublime frecuencia vibracional. Con el gran
olvido, (olvidamos lo que somos al llegar a la tercera dimensión)
nuestra frecuencia vibracional es muy densa y las emociones,
sentimientos, actitudes que se derivan de esa frecuencia son de
desamor: odio, rencor, envidia, acumulación de riquezas,
egocentrismo, competición… esto origina un mundo lleno de
tristezas, sufrimientos, enfermedades, que las noticias no dejan de
recordarlo para que sigamos vibrando en esa baja frecuencia, a la
élite le interesa, pues se alimenta de esa vibración, y nos maneja
muy bien en ese estado, pero cuando te das cuenta, tomas consciencia,
te olvidas de esas emociones, y actitudes y tu vibración comienza a
ser más sutil, comienzas a tener sentimientos en esa frecuencia
vibracional, compartes, empatizas, tienes compasión, perdonas, a ti
y a todos, agradeces, no hay queja, no se juzga… todo esto lo
llevas a tu vida cotidiana y todo se transforma, comenzamos a tener
alegría, salud, felicidad y vitalidad, en cada momento de nuestra
vida.
Comenzamos
a atraer a nuestra vida experiencias en resonancia con esa frecuencia
vibracional que estamos emitiendo, en realidad somos como aparatos de
radio que sintonizamos una emisora u otra dependiendo donde pongamos
el dial, si nuestro dial esta en alta frecuencia nuestras
experiencias serán armoniosas, vivimos desde la alegría, se acabo
sufrir para adquirir experiencias. Esto es lo que mi corazón me
dicta que es el AMOR. Para llegar a ello, tenemos que modular la
frecuencia vibracional momento tras momento, instante tras instante
de nuestra existencia, para ello tenemos que ser conscientes del aquí
y el ahora, en cada momento, la atención plena, sin pasado, ni
futuro, no existen rencores del pasado, no hay culpas, cargas, no
existe el futuro, solo vivir en el momento presente que es nuestra
mayor verdad, y modular la vibración conscientemente.
Para
llegar a esto, los seres humanos, desde la noche de los tiempos,
hemos creado multitud de técnicas, según la cultura en la que nos
encontremos, estaremos ante una técnica distinta pero todas llevan a
lo mismo, a unirnos con esa vibración de alta frecuencia que es
AMOR. Desde oriente a occidente, desde los Vedas hasta la cultura
Maya, China…. Todos han utilizado diferentes técnicas, todos han
intuido esta vibración, y la han expresado y plasmado en multitud de
formas para comprenderla, en forma de deidades, religiones,
ritos,ceremonias, mitos, leyendas, técnicas... Entre todas la
meditación es una técnica que utiliza el silencio y la
introspección, para conectar con ese AMOR, todas las culturas lo han
cultivado de una u otra forma, pero todas han intentado que les
abandone la mente, y con ella sus incesantes pensamientos, para poder
conectarse con la energía sublime, sin distorsiones mentales.
Por
lo tanto podemos contestar, sin más dilación, las grandes preguntas
que se ha hecho la humanidad:
¿Quiénes
somos? Somos AMOR
¿De
dónde venimos? Del AMOR
¿A dónde vamos? Vamos hacia el AMOR
Y
ya está, no hay nada más que hacer, ni que decir, vibramos en esa
frecuencia, momento tras momento, instante tras instante de nuestra
vida, y nos convertimos en esa frecuencia sublime, sutil, sin
misticismos, sólo con la atención y con la intención, ayudados por
la técnica que más esté en sintonía con nuestra frecuencia
vibracional, con la técnica que más te “resuene”.
Con
AMOR
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