miércoles, 7 de marzo de 2018

EL AMOR

                                                            
                                                                    



El gran poeta Tagore dijo una vez “El Amor no es una simple emoción, el AMOR es la máxima verdad en el corazón de la creación”






Todo vibra, es un principio o ley universal, que algunos hombres y mujeres, con una gran capacidad de discernimiento, han sabido desde tiempos inmemoriales, hoy en día, con los avances tecnológicos, se puede demostrar científicamente (Teoría de las Cuerdas), que, efectivamente, todo vibra, todo lo que nuestros sentidos corpóreo-mentales perciben como materia, vibra y esta hecho de la nada, de un vacío que vibra, es uno de los principios que recoge el libro “El Kybalión”. Partiendo de este principio, se puede explicar lo que llamamos AMOR.



Utilizamos las palabras para denominar, nombrar todo lo que nos rodea, no es casualidad, que en castellano, utilicemos la palabra AMOR para denominar la vibración más sutil, e inefable.



La palabra amor, en castellano, proviene de la lengua indoeuropea, cuya raíz “amma” (amor) nace del primer sonido que un niño expresa para llamar a su madre, es un recordatorio del sentimiento más puro de la humanidad: LA MADRE, como creadora de todo y de todos. La MADRE-AMOR es una palabra que hace referencia a la energía creadora, la vibración más sutil e inefable, que ha formado todo y a todos, y si todo lo que nos rodea, incluidos nuestros cuerpos, están formados por la madre universal que es amor, nosotros somos madre, somos amor, somos la energía creadora del TODO.


Una de las definiciones de la Real Academia de la Lengua de Amor, es unión, el amor es unión, pues todo es originario de la Madre-Amor, y  aunque nos veamos como individuos, partimos de la unicidad. La unicidad se expresa en la diversidad, como la madre que tiene mucho hijos y cada uno es diferente tanto físicamente, como de forma de ser, pero la madre les quiere a todos por igual, así es la energía creadora, amorosa y acogedora, no juzga y deja a cada cual que exprese su diversidad, esta libertad, lo hemos denominado el libre albedrío.


Desde el amor que somos, sentimos amor por nuestra pareja, nuestros hijos, una mascota, un trabajo…, este amor es producto de nuestro sistema nervioso, un baile de moléculas, reacciones químicas, que se traducen en sentimientos, emociones, deseos. 

Según me dicta mi corazón, el AMOR es la NADA, EL VACÍO que vibra,  de la que todo y todos estamos hechos, y el AMOR ha creado la materia. 

La primera vibración del VACÍO, que es infinitamente sutil, se ha expandido y, en esa expansión, ha ido formando frecuencias vibracionales de menor densidad, pasando por infinitas dimensiones vibracionales, la vibración más densa de esa expansión, forma lo que llamamos tercera dimensión.


  


Con el gran olvido, (olvidamos lo que somos al llegar a la tercera dimensión), nuestros pensamientos, emociones, sentimientos y actitudes derivados de esa densidad, son de desamor: odio, rencor, envidia, acumulación de riquezas,  competición… (EGO), esto origina un mundo lleno de pobreza, tristezas, sufrimientos, enfermedades, (MIEDO), pero cuando nos damos cuenta, tomamos consciencia,  esos pensamiento, emociones y actitudes negativas, se transforman en positivas: compartimos,  tenemos compasión, se instala el perdón hacia nosotros mismos y hacia los demás, la gratitud como actitud de vida, no hay queja, no hay juicio… (AMOR), todo esto lo llevamos a la vida cotidiana, y comenzamos a  tener alegría, salud, felicidad y vitalidad, en cada momento de la vida.


Comenzamos a atraer a nuestra vida experiencias en resonancia con esa frecuencia vibracional que estamos emitiendo, en realidad somos como aparatos de radio que sintonizamos una emisora u otra dependiendo donde pongamos el dial, si nuestro dial esta en alta frecuencia nuestras experiencias serán armoniosas, vivimos desde la alegría, se acabó sufrir para adquirir experiencias.  Para llegar a ello, tenemos que modular la frecuencia vibracional momento tras momento de nuestra vida.  La  atención plena,  que es tomar consciencia de este momento y este lugar, del aqui y AHORA, ayuda a no estar reviviendo situaciones de pasado, que nos produce depresión y nos aleja de  proyecciones hacia el futuro, que nos produce ansiedad, solo viviendo en el momento presente, que es nuestra mayor verdad, y  ayuda a modular la vibración conscientemente.

 Paro, respiro, observo...qué se mueve en mi en este momento?


Los seres humanos, desde la noche de los tiempos, hemos utilizado multitud de técnicas para percibir la vibración sutil que somos, según la cultura en la que nos encontremos, estaremos ante un método u otro, pero todos nos llevan a lo mismo, a permitir que surja de nosotros la vibración de alta frecuencia, que es AMOR. Desde oriente a occidente, desde los Vedas hasta la cultura Maya, China…. todos han utilizado sus sistemas, todos han intuido esta vibración, y la han expresado y plasmado en multitud de formas para comprenderla,  en forma de deidades, religiones, ritos, ceremonias, mitos, leyendas... Entre todas, la meditación es un método, que utiliza el silencio y la introspección,   las culturas de todo el mundo la han empleado de una u otra forma, los seres humanos más intuitivos, se ha dado cuenta que la mente es la gran creadora de densidad, y lo que pretende la meditación, es que nos demos cuenta que no somos mente, que somo algo más que está más allá de la materia: vibración sutil, que es AMOR. 


Por lo tanto podemos contestar, sin más dilación, las grandes preguntas que se ha hecho la humanidad:

¿Quiénes somos? Somos AMOR

¿De dónde venimos? Del AMOR

¿A dónde vamos? Vamos hacia el AMOR

Y ya está, no hay nada más que hacer, ni que decir, vibramos en esa frecuencia,  instante tras instante de nuestra vida, utilizando la atención en el AHORA, ayudados por la técnica que esté en sintonía con la frecuencia vibracional que se tenga en ese momento, con la técnica que más nos “resuene”.



Con AMOR

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